ADRIÁN, LA ÚLTIMA ESPERANZA DEL PRI

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Adrián de la Garza Santos, un aguerrido político y presidente municipal de Monterrey, según los politólogos, es la última esperanza del Partido Revolucionario Institucional para recuperar la gubernatura de Nuevo León en el 2027.

Añoran los tricolores las temporadas de las vacas gordas de antes del 2015, año en el que llegó cabalgando en su caballo Ventarrón el independiente (de la gente, decía AMLO) Jaime Rodríguez Calderón y los desplazó feamente. El prolongado ayuno que tiene a los priístas casi en los puros huesos y al borde de la inanición puede llegar a su fin en el proceso electoral del 27 y en la única carta fuerte se aparece el rostro de De la Garza.

Al menos eso se comentó después del llamado Desayuno de la Unidad, convocado por el líder estatal priísta José Luis Garza Ochoa al que acudieron cuadros importantes de ese partido político y que fue muy aplaudido por la sociedad civil, sobre todo de los vecinos de Apodaca porque el ladino y siniestro César Garza Villarreal, conocido como “El marido infiel” no fue requerido, dicen los grillos que se le cargó el trabajo en la secretaría del ayuntamiento de la capital regia y lo dejaron sacando copias en el Palacio de Cristal, que es a lo que mas o menos le entiende.